¿Cuáles son las causas que mueven a México a integrarse tan rápidamente en el proceso de globalización y a firmar los tratados que están en perspectiva?
Creo que es el simple reconocimiento del sector privado mexicano y del gobierno de que no puedes suscribirte a una creciente globalización de los procesos económicos mundiales y entonces tienes que buscar la manera de insertarte eficazmente en la economía mundial y aprovechar también la apertura unilateral a partir de su ingreso al GAT, ahora Organización Mundial de Comercio, en 1986. Esa apertura lo que está haciendo es negociar México con los diferentes países del mundo, reciprocidad en la apertura que hizo México.
El más significativo de los tratados es el NAFTA, a seis años de perspectiva, ¿cuál sería su valoración de los resultados obtenidos?
Creo que es parte del crecimiento que ha habido en todos los sectores económico y sociales de México. Como dijiste, al iniciar la negociación habían temores de que la apertura de México al mercado más grande del mundo significaba la muerte de muchas de las empresas mexicanas. A poco más de 6 años de la entrada en vigor del NAFTA, vemos que no ha sido el caso. Vemos que ha habido un crecimiento y una multiplicación del comercio y de la inversión extranjera en México. Vemos que en estos 6 años el comercio se ha multiplicado casi 3 veces (particularmente con Estados Unidos) y también que se ha mantenido un flujo de inversiones extranjeras muy interesantes que ha convertido a México en el jugo acumulado de inversión extranjera en el segundo país receptor dentro de los países en vías de desarrollo. Entonces, creo que esos miedos se han disipado. Claro, esto ha significado un esfuerzo muy grande de todas las empresas mexicanas para competir exitosamente en los mercados internacionales. Esto ha implicado grandes cambios y transformaciones en las empresas mexicanas. Pero creo que ese proceso de preparación ha creado una estructura productiva de empresas mexicanas preparadas para competir internacionalmente.
Viendo esa experiencia que han demostrado las empresas mexicanas les ayudará a competir en el mercado europeo muy exigente en términos de calidad. Este nuevo tratado se negocia con un modelo diferente. Es un modelo que casi impone la UE en todos sus tratados. ¿No conlleva desventajas?
La capacidad adquirida del equipo negociador del sector público mexicano y del cuerpo del sector privado provocó grandes ventajas en esta negociación. Efectivamente, en un año se logró cerrar una negociación comercial que inclusive los propios negociadores decían que era muy difícil terminar en un lapso tan corto. Pero lo que sí vemos es que es el primer acuerdo de la UE que negocia fuera de su zona de influencia. Creo que se logró (inclusive en algunos temas que ya estaba acostumbrada a tener un patrón determinado como reglas de origen) que la UE aceptara las condiciones específicas en las diferencias que existen con un país que está al otro lado del Atlántico con diferencias en la estructura industrial. Inclusive, si revisan lo logrado en reglas de origen se puede constatar que la UE aceptó flexibilizar algunas posiciones para acomodar algunas realidades de la economía mexicana. Ha sido una negociación exitosa y junto con la entrada en vigor del TLC con la UE y del TL con Israel y el 1 de enero de 2001 del Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), nos va a permitir enfrentar el reto fundamental que tiene el sector externo mexicano: diversificar sus exportaciones y sus fuentes de inversión extranjera hacia otras regiones del mundo. Adicionalmente, las características y particularidades geográficas y de estructura industrial de estas regiones nos va a permitir diversificar internamente la fuerza exportadora del país. Esto quiere decir que cada vez más regiones de México se incorporen a la cadena de inversiones y de exportaciones a la medida que cada vez más empresas hagan lo mismo. Esto va a dar permanencia a los cambios tan trascendentales que ha sufrido la estructura económica mexicana en los últimos años. En la última década simplemente podemos ver cómo el comercio exterior medido por exportaciones más importaciones se ha más que duplicado y actualmente más del 60% del PIB del país está representado por exportaciones e importaciones. Si eso sumamos la inversión extranjera directa vemos la importancia fundamental que tiene el comercio exterior y la inversión como motores fundamentales del cambio en México. Y el cambio no solamente económico sino también social.
Las negociaciones con distintos países de Asia contribuirían a diversificar esas exportaciones teniendo en cuenta que México destina el 85% de esas exportaciones a Estados Unidos y Canadá. ¿Pero en términos de ese nuevo concepto de diversificación en cuanto a productos, regiones y empresas en qué beneficiarían esos tratados a México?
Creo que hay dos retos fundamentales en este proceso de negociación comercial. El primer reto es el aprovechamiento de los tratados vigentes y de los que están entrando en vigor. Estos tratados nos dan acceso preferencial a un mercado de más de 800 millones de habitantes en el mundo. Pero nuestro reto fundamental es que los actores económicos directamente afectados con estos tratados comerciales aprovechen lo mejor posible estas preferencias arancelarias. Con ese motivo, los organismos empresariales, como el COMCE, están haciendo su labor de promoción para que las empresas mexicanas conozcan en qué consisten estas preferencias, cómo aprovecharlas, cuáles son los procedimientos que hay que seguir, las normatividades, etc., para que se tenga un cabal aprovechamiento a estas oportunidades. Además de eso también tenemos que ver la manera de perfeccionar y complementar las agendas de las negociaciones comerciales que nos faltan por hacer. En este sentido, tenemos dos retos fundamentales para la próxima administración que son consolidar nuestra presencia en Centroamérica y Sudamérica y abrir nuestra participación con un marco de certidumbre legal en nuestra presencia en los mercados regionales de Asia y bilateralmente con los países asiáticos. Creo que la reunión plenaria de APEC que va a llevarse a cabo en el 2002 en México va a ser el marco ideal para que se consolide nuestra región en Asia que es la región pendiente.
¿Ese marco de certidumbre que se persigue seguiría el modelo del NAFTA o del tratado con la UE?
Creo que todos los tratados que México ha
negociado han sido modelos únicos. Cada uno
ha respondido a las particularidades de los países
con los que negociamos. En ese sentido creo que
también debemos responder a las particularidades
de los países asiáticos, inclusive
creemos que también hay etapas de negociación
diferentes para las regiones. Por ejemplo, en los
países con los que existen intereses evidentes
de nuestras contrapartes: Singapur y Japón,
el paso lógico es concretar un acuerdo de
promoción de inversiones y en base a eso
seguir elaborando y viendo los estudios para un
acuerdo más compresivo tipo el TLC. |
¿Por qué precisamente Japón y Singapur?
En el caso de Japón y Singapur simplemente por la relación de inversión que existe entre Japón y México y la relación preexistente con ese país. De esa relación nace esa inquietud mutua. Con Corea también hay pláticas exploratorias. Se están iniciando pláticas con varios países de Asia y por lo mismo (que estamos en etapa exploratoria), tampoco se puede entrar mucho en detalle.
Hablando del gigante, de China, su entrada en el OMC es casi inminente, ¿cuáles son las posibilidades que se le ofrecen a México en cuanto a mercado y los desafíos que representa en cuanto a potencial competidor de México?
En ingreso de China a la OMC es una realidad inevitable de este nuevo milenio. Era inconcebible que una economía de su tamaño y de su importancia estuviera fuera de las reglas del comercio mundial. Creo que es para todos aconsejable que China se sujete a las reglas del comercio mundial. Las oportunidades que tiene México es acceso al mercado donde buscamos acceso a productos en los que creemos tenemos una ventaja competitiva, como puede ser la cerveza, el tequila, el cemento, algunos productos de vidrio, etc. Pero por otra parte, en la negociación bilateral muy preocupados de lograr (y por eso estamos en consulta permanente con otras autoridades) que se cuide muy bien el capítulo de disciplinas en prácticas desleales (dumping y subsidios). Como ustedes saben, México es uno de los principales usuarios de cuotas compensatorias en contra de China. Más de 1,200 facciones arancelarias tienen cuotas compensatorias precisamente porque la forma de operar de la economía china (que era una economía centralmente planificada) le permitía incurrir fácilmente en prácticas desleales de comercio que afectaban a la industria nacional. Principalmente son tres sectores afectados que actualmente están protegidos por cuotas compensatorias: textil, calzado y juguetes. La petición es que se condicione el ingreso de China a la OMC solicitando que se le siga considerando una economía no de mercado con el propósito de que el cálculo de dumping sea de acuerdo a una economía centralmente planificada lo que le permitirá a México mantener su mecanismo de defensa en la cuotas compensatoria por una etapa de transición. Después de 15 años, cuando China haya evolucionado y haya demostrado ante la OMC que realmente es una economía de mercado que no tiene prácticas de fijación de precios, subsidios, etc., que se le trate como una economía de mercado.
México es el país que más tratados de libre comercio ha negociado en los últimos años y más mercados ha abierto. Ha soportado el impacto de haberlos negociado con grandes potencias. Como ejemplo para otras naciones, y ahora que hay un debate en torno a la necesidad o no de parar el TLC aquí en México, ¿es extrapolable a otros países?
Creo que el peor error que México podría cometer en su transición de gobierno sería dar marcha atrás en lo que tanto trabajo ha costado. Como tú bien dices, este proceso de tratados de libre comercio, de reforma económica tan profunda y que ha costado muchísimo trabajo a los actores económicos adaptarse a este cambio. Lo peor que México podría hacer es volver a soluciones populistas que sólo empobrecerían más a la sociedad mexicana pero además de eso echaría a perder los esfuerzos de varios años de toda una generación de mexicanos. Creo que la etapa que le queda es la posición del COMCE ante la nueva administración pública federal independientemente de quién la lleve, continuar perfeccionando los procesos de reforma económica, seguir con los puntos pendientes en la agenda modernizadora del país como pueden ser una reforma fiscal integral, la reforma laboral, una reforma educativa y de capacitación, etc. Ese tipo de cosas son las que hay que hacer, ahorita no hay marcha atrás, lo único que hay es continuar con las reformas económicas tendientes a proporcionar a las empresas mexicanas un marco de competitividad integral como país y como empresa y en base a eso aprovechar lo que ya se ha hecho. No debemos olvidar que varios de los tratados apenas están iniciando su vigencia. Actualmente, el reto es aprovechar para lo cual se requiere un trabajo en equipo entre los organismos empresariales y las autoridades, aprovechar lo que se tiene y perfeccionar lo que falta por hacer.
Sin duda, el motor de la economía mexicana es la exportación, es la octava potencia exportadora en el mundo y en los próximos años probablemente será la sexta o la quinta. Hay quien dice que se ha descuidado un poco el mercado interno pero otros dicen que no, que al contrario, que esta es la vía para promover el mercado interno. El 60% por ciento del PIB lo componen las exportaciones y las importaciones, ¿usted de qué opinión es?
Yo pienso que es un círculo virtuoso, que precisamente el comercio exterior se compone de dos partes: exportaciones e importaciones. Si vemos que las importaciones han crecido a la par, son precisamente para impulsar el mercado interno y para impulsar más exportaciones. En la medida que el mercado interno incorpore cada vez más a más regiones y más empresas en la cadena de exportación como proveedores directos o indirectos se está desarrollando también el mercado de manera muy importante. Además, los efectos indirectos son también muy importantes en la economía interna. Ustedes lo pueden ver en las maquiladora. Contra lo que muchos piensan en nada más ver los efectos directos de que el valor agregado es muy pequeño, pues sí el valor agregado directo es muy poco, pero si uno ve todos los indirectos en cuanto a los servicios que crean esas maquiladoras y que crean en mucho mayor grado las exportaciones, uno ve que es un gran promotor del mercado interno.
Finalmente, se ha dicho que es el momento de aprovechar la firma de los tratados, ¿en qué medida pueden los inversores aprovechar estas nuevas ocasiones que se presentan y en qué medida deben aprovechar las empresas mexicanas esas posibilidades?
Creo que en eso, los organismos empresariales como organismos intermedios y el Consejo Mexicano de Comercio Exterior como el organismo especializado en comercio exterior e inversión, el factor fundamental es proveer y capacitar a las empresas con un conocimiento fidedigno de las oportunidades que tienen estos tratados. Yo lo que haría es que tanto las empresas mexicanas como las empresas foráneas que quieren hacer negocios con México, que se acerquen con nosotros, con los organismos intermedios, para que conozcan a detalle estas oportunidades y que juntos podamos aprovechar mejor los mismos.
Muchas gracias. |