Los cimientos de la “pequeña gran nación”

Con una población de aproximadamente seis millones de habitantes y una reducida extensión territorial (21.041 km2), la más baja de Centroamérica, El Salvador tiene la densidad poblacional más alta de todo el continente. En su mayor parte compuesto por volcanes y montañas, un cinturón costero estrecho y una meseta central, El Salvador se divide en 14 departamentos y éstos a su vez en 39 distritos, los cuales agrupan un total de 262 municipios. Su joven población (la media de edad se sitúa en 22 años, su estabilidad política y económica), y su posición estratégica confieren a El Salvador un futuro prometedor.

Independiente desde 1821, El Salvador ha atravesado con éxito épocas turbulentas. En su historia trágica destaca una guerra civil de 12 años (1980-1992), conocida como “La Guerra de Baja Intensidad”, con más de 75 000 muertos. Los enfrentamientos entre las guerrillas izquierdistas y las tropas gubernamentales quedaron atrás con la firma de los Acuerdos de Paz del 16 de enero de 1992.

La reconciliación nacional ha permitido el abandono de las armas y la pacífica integración de las guerrillas en la vida política a cambio de reformas administrativas y militares en el país. Con una estabilidad política y económica recobrada, el partido gubernamental ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) y el principal partido de la oposición, el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), son protagonistas del escenario democrático que vive hoy el país. En las elecciones presidenciales del 21 marzo de 2004, el partido ARENA logró la victoria, esta vez con el candidato Elías Antonio Saca, afianzando un cuarto período consecutivo. En marzo de 2009, están previstas las siguientes elecciones presidenciales en las que los salvadoreños decidirán el futuro político de su país.

Hoy en día, El Salvador tiene una de las economías más estables de América Latina. La inflación se ha mantenido al nivel de un solo dígito, y las reservas internacionales se han acumulado hasta aproximadamente 1,9 mil millones de dólares. El crecimiento económico se situó en 4,2% en el 2007. Existen actualmente 17 zonas francas en El Salvador. Los servicios constituyen el 65% del PIB, la manufactura 23%, y la agricultura 11%. Sus principales industrias son la maquila textil que proporciona 90 000 trabajos directos, los alimentos y bebidas, los derivados del petróleo, el tabaco, los productos químicos y la fabricación de muebles.

En la actualidad, el mayor ingreso de divisas proviene de las remesas enviadas por los dos millones y medio de salvadoreños que viven en el extranjero, el cual alcanza los 2 000 millones de dólares



Una posición estratégica

Ubicado en el corazón de América, El Salvador dispone de una posición estratégica que le permite capitalizar los embarques y comercio internacionales. Su posición geográfica, a medio camino entre el Sur y el Norte del continente, así como sus políticas comerciales favorables, han ayudado a crear una economía orientada a los servicios. En veinte años, su economía ha pasado de ser principalmente agrícola a convertirse en un referente regional de la manufactura y los servicios. Su economía, antiguamente proteccionista, es hoy en día una de las más liberalizadas de toda América Latina.

El Salvador fue el primer país en firmar e implementar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (CAFTA), así como acuerdos de libre comercio con México, Chile y Panamá, y ha aumentado sus exportaciones a dichos países convirtiéndose en un importante actor comercial. El socio comercial más importante de El Salvador son los Estados Unidos, que dio cuenta del 31,7% de las exportaciones y el 47,3% de las importaciones en los últimos años. Sin embargo, el gobierno de El Salvador ha mostrado su deseo de diversificar sus socios internacionales, más allá del continente americano.

En efecto, El Salvador participa en las sucesivas rondas de negociaciones entre Centroamérica y la Unión Europea en el marco de un futuro Acuerdo de Asociación. Este tratado comercial permitirá aumentar la cooperación, el diálogo político y los intercambios económicos entre estas dos regiones. El Acuerdo de Asociación otorgará a la Unión Europea el acceso libre de aranceles a un amplio abanico de productos centroamericanos, favoreciendo así los intercambios transatlánticos.
Una liberalización trepidante

Desde la década de los noventa, el gobierno salvadoreño ha promovido la reforma económica del país, transformando un Estado proteccionista con altos aranceles en un Estado con los aranceles más bajos de toda la región mostrando gran empuje hacia el libre comercio. El ingreso a la Organización Mundial del Comercio en 1995 aceleró aún más el comercio y las privatizaciones que trajeron como resultado mayores inversiones tanto internas como internacionales.

Por otra parte, en los últimos años, el gobierno de El Salvador ha potenciado la diversificación de la economía, consiguiendo ciertos éxitos en la promoción de la industria textil, los servicios portuarios internacionales y el turismo. A través de una ola de privatizaciones de las empresas estatales iniciada en 1998, la economía salvadoreña se encuentra en una fase creciente de apertura en los sectores de las telecomunicaciones, la distribución de electricidad, los bancos y los fondos de pensiones. El auge de las empresas de telecomunicaciones y la expansión de la red eléctrica y su consecuente capacidad generadora son unas de las consecuencias más notables de la política aperturista de la administración salvadoreña.



Una invitación a las inversiones extranjeras

El Salvador ofrece una diversa gama de incentivos con el fin de atraer inversiones extranjeras y nuevos desarrollos comerciales e industriales. No existen restricciones a la propiedad extranjera respecto a las fusiones, adquisiciones y empresas mancomunadas. Los incentivos a la inversión extranjera están regulados por las Leyes de Inversión, Zonas Francas Industriales y Comerciales y de Reactivación de las Exportaciones. Estas tres leyes buscan promover la inversión extranjera al mejorar la competitividad del país en todas las áreas de acción. Estas leyes, unidas a los recientes y futuros tratados de libre comercio internacional, hacen de El Salvador una tierra de oportunidades interconectada con el mundo.



Cambio de moneda oficial

La Ley de Integración Monetaria, que fijó el valor del colón salvadoreño en 8.75 por 1 dólar americano, entró en vigor el 1 de enero de 2001. Esta ley permitió el uso del dólar como moneda oficial. Uno de los beneficios inmediatos de la integración monetaria fue la eliminación de controles de cambio y el riesgo de devaluación.