Spain: Interview with Fernando Moraleda

Fernando Moraleda

Secretario de Estado de Comunicación (N/A)

2006-02-01
Fernando Moraleda

Señor Moraleda, desde hace tres meses Usted está al frente de la Secretaría de Estado de Comunicación, que depende directamente del Ministerio de la Presidencia. Sus funciones son: coordinar la política informativa del Gobierno y las relaciones con los medios, difundir los comunicados del Presidente y del Consejo de Ministros, así como dirigir los servicios informativos de la Administración general del Estado dentro y fuera de España, y dar soporte al Presidente en sus comparecencias públicas.

Coordinar y canalizar la información del gobierno de un país, no parece tarea fácil, Señor Moraleda, no sólo por el volumen que genera sino por su repercusión.

Cuéntenos por favor, cómo logra cumplir con su cometido la Secretaría de Estado de Comunicación, y qué supone para Usted ser el máximo responsable.

En primer lugar es un privilegio poder servir al país desde la Presidencia del Gobierno, por el sentido global que tiene esta responsabilidad y porque estoy en uno de los aspectos más determinantes de la época moderna; En esta era global la información es uno de los factores claves de la acción pública.

Por tanto para mí es un privilegio ocupar este cargo y lo hago con pasión, una pasión personal que me genera el proyecto ilusionante del presidente Zapatero en una etapa de cambios y de un gobierno reformista como el que preside.

¿Cuáles han sido sus mayores logros desde que fuera nombrado Secretario de Estado de Comunicación en septiembre de 2005?

Yo lo analizaría más desde una perspectiva global, desde lo que ha hecho el gobierno. Mi antecesor, Miguel Barroso, hizo un trabajo extraordinario. Lo único que yo estoy haciendo es continuar esa labor. Personalmente destacaría tres elementos claves:

El primero es una actitud distinta que viene reflejada en una política de transparencia. Para nosotros la acción de gobierno tiene que ser antes de nada transparente, porque se trata de una acción que está destinada al ciudadano, y no cabe por tanto instrumentalizarla sino expresarla tal y como es. La mentira no puede prevalecer sobre la verdad ni en la acción pública ni en la privada. El principio de la transparencia de este gobierno está presente en toda su política informativa.

Sobre los aspectos más concretos en lo que se refiere a medios de comunicación, hemos procedido a hacer una reforma profunda de los medios públicos audiovisuales, en concreto de RTVE. Estamos en un proceso de reestructuración de modo que, tanto Televisión Española como Radio Nacional de España sean medios que tengan responsabilidad financiera en su gestión. Hasta ahora había unas deudas enormes que pagaba el Estado. A partir de ahora, aunque el Estado va a seguir financiando las dos compañías para que mantengan su titularidad pública, se va a hacer con cierta disciplina financiera. Con eso pretendemos dotar a los medios públicos de la necesaria competencia con los operadores privados. Por tanto, manteniendo la titularidad pública, vamos a dotar a TVE y RNE de modernidad y competencia. Confiamos en poner fin a ese proceso de reestructuración a finales de este año 2006.

Por último, acabamos de aprobar en las Cortes una política nueva de publicidad institucional, realmente innovadora. No serán legales, desde ahora, las campañas que pretendan hacer publicidad del gobierno sin que persigan también un interés ciudadano. Es decir, todas las campañas llamadas de “autobombo” serán prohibidas por la ley. Las campañas publicitarias de una institución para atacar a otra, también estarán prohibidas. Así como las campañas que no beneficien al ciudadano. Con esto pretendemos que el dinero público tenga el mejor uso posible, y lo unimos a nuestro principio de transparencia. Es fundamental que la publicidad no se utilice contra nadie con fondos públicos, ni siquiera a favor del gobierno. Por eso, esta ley es profundamente innovadora, porque antepone los intereses del ciudadano a los del gobierno.

¿Qué imagen tiene actualmente España en el exterior y qué imagen quieren promover concretamente en Estados Unidos?

Deseamos salir de los clichés, porque pertenecen a los imaginarios sociales. Queremos abandonar los estereotipos como el sol, el vino, las tapas y la siesta, para proyectar una imagen del país más cercana y más real, una España vanguardista en arquitectura y diseño, en arte, en derechos civiles. Transmitir de España la imagen actual y no la del pasado. Esa imagen necesita por supuesto de acciones de promoción, pero también necesita que continúe el flujo permanente entre ciudadanos norteamericanos y españoles que se produce desde la universidad al turismo. Más del 50 por ciento de los estudiantes en programas de enseñanza bilaterales, son norteamericanos. Existe por tanto una profunda relación entre los ciudadanos de ambos países. Esa cultura de comunicación, que después se transfiere a la vuelta, a las familias y a los entornos de opinión es de una gran importancia. Hay que darles voz a todos los que, por unos motivos u otros, participan en esos intercambios, tanto españoles en América como americanos en España. Escuchándoles a ellos, podremos hacernos una idea de cómo promocionar la imagen de nuestro país.

Por último creo que existen ya actuaciones sistematizadas y consolidadas que se repiten en el tiempo. La Junta de Andalucía va a promocionar su región durante el mes de febrero. Hay visitas de las distintas identidades españolas, algo que seguirá aproximando nuestro país a los norteamericanos. También el MOMA de Nueva York va a realizar a mediados de febrero una exposición de la arquitectura vanguardista española. En definitiva, tenemos que pasar de los clichés a la modernidad, del imaginario colectivo a la realidad moderna que yo creo que es lo más representativo actualmente de nuestro país.

¿Cómo promocionan Ustedes, desde la Secretaría de Estado de Comunicación, España en ese país?

En primer lugar lo hacemos a través de los medios de comunicación y el contacto directo para acercar a los responsables políticos a la demanda de los medios norteamericanos. En segundo lugar a través del idioma, que es esencial en la promoción exterior de nuestro país. La evolución que está teniendo el español en Estados Unidos nos ayuda a promocionarnos y nos acerca cada vez más. Lo que hemos hecho ha sido ampliar la red del Instituto Cervantes a través del Ministerio de Exteriores.

El Instituto Cervantes es una de las herramientas indispensables para el conocimiento del idioma y de nuestro país. El idioma está unido a su fuente natural que es el propio país. Además existe una parte muy importante que es el incrementar el intercambio de estudiantes: con ese objetivo hemos aumentado el número de becas, para que se produzca un intercambio de conocimientos entre estudiantes. Eso es algo que dará resultados a corto o medio plazo. La cooperación entre universidades es muy intensa; muchos jóvenes españoles están estudiando en universidades de vanguardia norteamericanas.

Los intercambios culturales están más en la agenda y han repercutido notablemente en la imagen que se tiene de España en Norteamérica. Lo que cabe es impulsar las inversiones empresariales en ese país. Eso es algo con lo que estamos muy comprometidos: actualmente, un grupo de empresas constituyen lo que se llama “marca España”, que tienen mucho interés en ese mercado. Se trata de las empresas más punteras en los distintos sectores productivos y de servicios de nuestro país, que junto con el apoyo del gobierno han constituido un foro, que será sin duda un instrumento necesario para el conocimiento y las inversiones empresariales de España en Norteamérica.

¿El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, anunció hace unos meses la puesta en marcha del llamado Plan USA consistente en asignar un presupuesto de 95 millones de euros para fomentar la inversión norteamericana en España y ayudar a internacionalizar las empresas españolas. ¿Qué persigue el gobierno con este tipo de iniciativas? ¿Tienen previstos nuevos programas destinados a favorecer el intercambio USA-España?

Tenemos un intercambio cada vez mayor. No cabe duda de que la potencialidad del mercado norteamericano es extraordinaria. Es un mercado que cuando uno adquiere el conocimiento y se asienta en el consumo, es muy estable. Tiene las dificultades primeras de acceso, pero una vez superadas, es un mercado muy fiel, si se logra mantener la calidad del producto y el servicio.

En el sector agroalimentario español tiene una potencialidad extraordinaria. Tiene mucho que ver con la aparición de una nueva cultura sobre la dieta gastronómica en Estados Unidos, que abandona la clásica dieta que genera problemas de salud y obesidad muy grandes, con un nuevo concepto de alimentación, en el que la dieta mediterránea española juega un papel de extraordinaria importancia. Se han producido importantes exportaciones de alimentos asociados a la dieta mediterránea. Ese es sólo un ejemplo, porque el diseño español tiene también gran demanda. Nuestro ámbito es la competencia sobre la calidad, sobre el diseño, que es también donde se puede invertir en conocimiento. En ese sentido se están abriendo también nuevos e importantes mercados. En productos de industrias tradicionales como zapatos, sigue habiendo una demanda importante por parte de Estados Unidos. El conocimiento mutuo sólo puede traernos aspectos positivos.

El mercado de Estados Unidos es uno de los mercados de mayor poder adquisitivo. De tal manera, que los valores añadidos de las exportaciones españolas son significativamente mayores que las de otros mercados.

¿Cómo ve la actual relación entre Estados Unidos y España?

Yo creo que hay una relación por encima del ruido. Creo que existe una relación cordial y cooperativa. No puede haberla de otra manera cuando entre ambas sociedades hay buena relación. Los gobiernos no pueden ser ajenos al comportamiento de sus sociedades. La nuestra acoge cálidamente a los estudiantes norteamericanos que vienen a estudiar a nuestro país. España es un país de acogida, como lo ha sido Estados Unidos. Si algo nos caracterizada es que España, como Estados Unidos, es un país de inmigrantes, algo que configura una cultura de acogida que termina uniendo a los pueblos. Las sociedades se han compenetrado y se han ayudado mutuamente. Tenemos algunos elementos recientes que también nos han unido. Madrid y Nueva York han sufrido el terrorismo en sus carnes. Esa identidad, de haber sufrido un enorme mazazo, llena a las dos ciudades de sentimientos y esperanzas compartidas. Antes que los propios gobiernos, lo sienten los ciudadanos de ambas ciudades. Ese sentimiento compartido de haber peleado y haber sobrevivido a un atentado terrorista. En estos momentos tener un tejido social que ha superado esa tragedia, es lo que más une a dos países. Las relaciones entre los dos gobiernos son cordiales y cooperativas, lo seguirán siendo en el futuro y mejorarán en el futuro.

En España ha habido un cambio de gobierno. Es obvio que este gobierno tiene una actitud diferente al anterior, pero este país no es tan distinto simplemente porque haya cambiado el gobierno. Sus valores siguen siendo los mismos. Lo único que ha pasado es que la sociedad ha cambiado al gobierno porque quería una andadura encaminada a cambiar cosas. Criticó y censuro al anterior por mentirle. No es que tuviéramos una España radicalmente con Aznar, ni que la tengamos ahora con Zapatero. Ahora no cabe duda de que el optimismo por los cambios y las reformas, hace que esta sociedad esté más viva y tenga más esperanzas en el futuro. Las relaciones entre los ciudadanos son las que obligan a los gobiernos, y en ese sentido, las relaciones son estupendas y van a seguir siéndolo.

¿En qué medida perjudican la imagen de nuestro país en el exterior las polémicas que surgen en el seno de la política nacional, como la que estamos viviendo estos días sobre el Estatut Catalán?

El Partido Popular está haciendo una oposición con poco sentido de Estado. En un país democráticamente avanzado, la oposición siempre tiene la frontera de no criticar hasta donde pueda hacer daño a su país. Es verdad que no es fácil, pero cuando se ha estado en el poder, esa línea se conoce con mucha más precisión que cuando no se ha sido gobierno. Me parece una actitud irresponsable, porque algunas críticas al gobierno hacen daño al país. Creo que la oposición con un sentido de Estado debe criticar al gobierno siempre que lo estime conveniente pero sin perjudicar a su país. Últimamente está habiendo multitud de actuaciones por parte de la oposición que dañan a España y por supuesto perjudican su imagen en el exterior. Nos queda mucho por aprender respecto a Estados Unidos en ese sentido democrático.

Ahora una pregunta más personal; Háblenos por favor de su trayectoria profesional. Usted es químico de formación. Cuéntenos cómo ha llegado a ser el responsable de comunicación de Moncloa.

Por azar y necesidad, por avatares de la vida. Desde el año 80 soy miembro del PSOE. Mi orientación política siempre ha sido socialista. Mi relación con el sindicalismo agrario procede de la necesidad de compatibilizar mis estudios de Ciencias Químicas con un trabajo, para poder financiarlos.

Mi primer trabajo fue de técnico en el sindicato de trabajadores agrícolas, en unas modificaciones legislativas, sobre alimentos. Después me quedé trabajando en ese ámbito y tiempo después conocí al actual presidente Zapatero, a consecuencia de unos temas agrícolas que afectaban a su provincia, León. Hemos mantenido la amistad hasta día de hoy. Azaroso, como todo en la vida.

Un mensaje para los lectores de The New York Sun

En primer lugar, querría reforzar esta hermandad íntima entre Nueva York y Madrid, que sea la semilla sobre la que se construya una hermandad entre Estados Unidos y España, para que nunca más vuelva a ocurrir. Para que las esperanzas sobre esos hechos desgraciados, sean capaces de cimentar una sólida relación entre las dos sociedades.

Y segundo, instarles a abandonar la comida rápida por la comida reposada. Decirles que las mejores conversaciones son las que se tienen en la mesa, les puedo asegurar que es un placer español, y me gustaría que se convirtiera en un placer norteamericano.