¿Por qué ha sido elegida
Cuenca como sede de la Bolsa Internacional
de Turismo de Ecuador (BITE)?
En el año 1988 se hizo la primera
Bolsa de Turismo por impulso e iniciativa
de gente de esta ciudad, y el presidente
de la república de entonces designó
a Cuenca como la sede permanente de este
evento. Además, al estar Cuenca ubicada
en la parte central del Ecuador, se encuentra
libre de las competencias regionales que
existen entre la sierra y la costa.
Cuenca es una ciudad donde se vive una
libre democracia, con participación
pública y privada donde se gestan
iniciativas que permiten un mejor desarrollo
a nivel nacional, con gente muy cálida,
espontánea y hospitalaria.
En el último censo, Cuenca aparece
como la ciudad más cara del Ecuador,
¿cómo se explica esta situación?
Cuenca es la zona que mayor índice
de migración que tiene el país.
Antes de la dolarización, Cuenca
ya vivía con una especulación
económica alta por la presencia de
divisas extranjeras, el consumismo por el
exceso de supuesta liquidez ha actuado como
supuesto absorbedor, generando una mayor
dependencia por habitante.
Sin embargo, paralelamente, Cuenca tiene
los mejores servicios públicos del
país; 99% de su población
tiene agua potable, 100% de recolección
domiciliaria de basura, 94% tiene conectado
sus domicilios a la red de evacuación
de agua, es la única ciudad que depura
el agua antes de devolverla a los ríos,
etc. Esto refleja que, a pesar de ser una
ciudad cara, el nivel de pobreza es más
bajo, con un nivel de desempleo normal.
¿Qué está haciendo
la Municipalidad para paliar el problema
de la migración?
Estamos trabajando con organismos de inmigrantes
que empiezan a comprender que la migración
debe ser un proceso transitorio, no una
revelación contra la situación
del país.
En España hemos creado una fundación
que busca programar las migraciones para
que se den flujos migratorios en los dos
sentidos. Esto no se produce de la noche
a la mañana, nosotros estamos trabajando
en un proyecto llamado "La casa del
migrante" que será un gran foro
que tenga sus propios mecanismos de comunicación.
Nuestro objetivo es que las migraciones
sean estados temporales de acumulación
de riqueza social.
La migración tiene dos impactos
en la economía ecuatoriana, destroza
a las familias ecuatorianas y vuelve conflictivo
al proceso productivo.
Cuenca está adquiriendo más
importancia nivel nacional, ¿es su
visión de que Cuenca sea un polo
cada vez más importante?
La competitividad es indispensable, tenemos
que tomar lo mejor de nuestros elementos
ancestrales, Cuenca es una ciudad que valora
su pasado histórico, que vive intensamente
su presente pero que quiere ser parte de
un futuro diferente. Alentamos las alianzas
estratégicas público-privada,
ya que el estado no puede perder los elementos
intangibles de su soberanía, su capacidad
de modelar el desarrollo económico,
pero desafortunadamente no tiene los recursos
que se necesita para realizar un proyecto.
Queremos apoyar el plan de desarrollo del
país; no queremos espacios de protagonismos
ni de intereses lucrativos, sino realmente
ampliar el concepto de servicio.
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Cuenca, Ciudad Patrimonio de la Humanidad,
¿cómo lo desarrollamos?
Nosotros propusimos en el año 1998
a la UNESCO que nos admitiese como candidatos
a ser patrimonio, pensando no en el diploma
como un fin, sino como un medio. Así
hemos conseguido elevar el autoestima de
los cuencanos. La gente mira las actividades
de diferente forma, con un pensamiento más
amplio, brindado una variedad de servicios
de buena calidad. La globalización
exige un nivel de competitividad y un nivel
de eficacia y eficiencia cada vez más
altos.
¿Qué es lo que le motiva
para ser alcalde?
Es una vocación humana. Mi vida
académica ha estado ligada a la planificación
y he vivido trabajando para alcaldes o asesor
de alcaldes en aproximadamente 50 ciudades.
Me llegó a cansar esta especia de
sinfonía inconclusa en la que al
consultar algún proyecto a los políticos,
siempre el efecto económico tuvo
más influencia y no lográbamos
hacer nada.
Mi carrera como alcalde empezó siendo
una broma y a través del tiempo adquirió
importancia y me involucre en la alcaldía.
Ahora me siento totalmente satisfecho, siento
que he contribuido para que la comunidad
deje de lado la versión equivocada
de la política y la considere como
una actividad noble, y se involucre.
El reto es muy difícil, todos se
pueden equivocar, menos el alcalde, y este
trabajo se ha convertido en una escuela
cotidiana. Actualmente en Cuenca hemos logrado
mejorar los barrios, con agua infraestructura,
pero el mérito no está en
mi, sino en la gente, porque las obras las
paga la gente y se está creando un
estado de conciencia bolivariana.
Usted es alcalde y arquitecto, ¿cómo
combina estas dos experiencias?
Esta es otra experiencia gratificante;
el ser arquitecto me permite construir los
sueños de varias personas en realidad.
Al ser alcalde y arquitecto uno capta aspiraciones,
proyectos y los puede convertir en realidad
y aunque es un trabajo duro, es un hermoso
ejercicio.
No es tarea fácil, ya que muchas
veces el municipio no cuenta con los recursos
necesarios para la ejecución de todas
las obras y es muy duro tener que negarlas,
pero hay que saber ser un buen administrador
y destinar los recursos y esfuerzos hacia
algo que realmente sea necesario.
Quiero dejar constancia de que en mi alcaldía
todas las negociaciones se realizan con
transparencia, no quiero ser confundido
ni comparado con los típicos políticos
mentirosos que hacen mucho daño al
país, huyen y luego vuelven para
volver a mentir. Quiero poder dejar un municipio
con principios y valores marcados, que nos
permita seguir creciendo como ciudad y como
región, para de estar formar, llegar
a ser reconocidos por nuestras obras y acciones
no sólo a nivel nacional sino también
a nivel internacional.
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